17.9.09

To thine own self be true

Alguna vez Forrester me dijo que se tatuaría esta frase, y tiene sentido.

Sócrates lo dijo: "Conócete a tí mismo", también lo hizo Nietzsche: "La mentira más común es aquélla con la que un hombre se engaña a sí mismo, engañar a los demás es un defecto relativamente vano".
La de Shakespeare es a mi parecer la más bella manera de decirlo:

Yet here, Laertes! Aboard, aboard for shame!
The wind sits in the shoulder of your sail,
And you are stay'd for.
There ... my blessing with thee!
And these few precepts in thy memory
Look thou character. Give thy thoughts no tongue,
Nor any unproportion'd thought his act.
Be thou familiar, but by no means vulgar.
Those friends thou hast, and their adoption tried,
Grapple them to thy soul with hoops of steel;
But do not dull thy palm with entertainment
Of each new-hatch'd, unfledg’d comrade. Beware
Of entrance to a quarrel but, being in,
Bear't that th' opposed may beware of thee.
Give every man thy ear, but few thy voice;
Take each man's censure, but reserve thy judgement.
Costly thy habit as thy purse can buy,
But not express'd in fancy; rich, not gaudy;
For the apparel oft proclaims the man;
And they in France of the best rank and station
Are of a most select and generous chief in that.
Neither a borrower, nor a lender be;
For loan oft loses both itself and friend,
And borrowing dulls the edge of husbandry.
This above all: to thine own self be true,
And it must follow, as the night the day,
Thou canst not then be false to any man.
Farewell; my blessing season this in thee!

Uno sale pensando en estas cosas de la clase de Patán...so, This above all

16.9.09

Confesiones de una bailarina diabética

Sometimes you close your eyes and see the place where you used to live, when you were young...
Caminas por la casa en la que viviste y que tanto amaste, ves las caras alegres de tus abuelos cuando te ven corriendo hacia ellos y los abrazas por las rodillas, sientes sus manos tibias acariciando tu cabello.
Puedes cerrar los ojos y recordar exactamente dónde estaban los muebles, las puertas, tus viejos juguetes, puedes oler ese dulzor en el aire que siempre había en la casa de tus abuelos, el arroz con leche de tu abuela, todo estaba ahi.

Estaba pero ya no está, porque la casa se fue, no tú, tus abuelos, tus recuerdos. La infancia era ese maravilloso lugar en el que solías ser feliz, y te niegas a abrir los ojos porque quieres volver.
Entonces despiertas porque no te queda de otra y suspiras, lo único que te ha quedado es ese recuerdo del arroz con leche, le llamarás a tu abuela esa tarde y le pedirás que te lo prepare, ella aceptará y sonreirás. No puedes quejarte.