Ay Grecia...qué chistosa.
La caja del pastel decía las instrucciones, pero era casi igual a los pasteles que compraban siempre ¿para qué leer instrucciones?
El hombre sí había leido las instrucciones.
El hombre vió cómo Grecia sacaba un cuchillo del cajón, cómo sacaba el pastel de la caja, cómo cortaba una gruesa rebanada del pastel de manzana, cómo se comía bocado a bocado aquél trozo...
El hombre sólo la miró y la miró y la miró...
Ay Grecia, qué chistosa eres...-le dijo finalmente el hombre, una vez que ella se hubo terminado su pastel. -Ese pastel está crudo, lo dice en la caja, hay que hornearlo.
Pobre Grecia.
5 comentarios:
no ma hahaha tu hermana se pasa, esta medio wey, pero igual es chida
que le pasa!!!
Pense que esas cosas solo le pasaban a las rubias ... jejejejejeje
te adoro nena
un beso!
XD
Ay Grecia... bueno, a cualquiera le pasa.
Espera... no es cierto!!!
Hahahaha Grecia, que chistosa. Además siempre la recuerdo jugando con una niña-niño bien extraña-extraño.
que hermoso su nombre.
en cuanto al pastel...
yo me lo habría devorado de todas formas.
Publicar un comentario