Este que pasó fue un fin de semana difícil para las letras. José Saramago, premio Nobel de literatura en 1998, fue una voz universal; en sus novelas no se distinguen razas ni nombres, sus ciudades anónimas eran siempre intercambiables porque él exploraba la naturaleza humana. Era de Lisboa, pero pudo haber sido de cualquier ciudad, en cualquier país.
Carlos Monsivaís era muy diferente: periodista irónico, icono de nuestra facultad, de nuestra ciudad y de nuestro país. Era un crítico de todo, de la izquierda, de la derecha, de los de arriba y de los de abajo; la pluma era su aguijón y el humor era su veneno.
Ambos eran pensadores del hombre y de su mundo, este fin de semana los dos se fueron, pero las letras -como los gatos- se quedan.
"Y al día siguiente no murió nadie..."
5 comentarios:
Sí... las letras se quedan. Saramago y Monsivaís se fueron, pero sus letras no. Así que nosotros disfrutemos de sus letras... aquellos que disfruten lo que tengan que disfrutar.
Ojala puedas hablar con el Gabo antes de que tambien se nos vaya...ah no, ya se nos fue pa´l otro lado, entiendes!? porque se fué a USA
beso2
Si, ojalá, sino al menos tengo un par de buenas anécdotas con él jeje, no! no quiero q se muera!!! mejor q se muera la de Prepucio
de quien hablan? de rafa marquez?
jeje esa no la olvidare
muy bueno!
me gusto muchisimo este post
Podría decir que "Las intermitencias de la muerte" resulta mi obra preferida en este mundo..
Gloria trevi escribio un libro?
porq ella es capaz de derrocar a cualquiera...
por cierto pasate por mi blog!
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