Era una de esas tardes de hace unos meses que aún no eran dolorosamente soleadas y agotantes. Una ligera llovizna nos llenaba los hombros de gotitas frías mientras caminábamos por el parque México, comprando objetos absurdos a precios absurdos.
Más tarde el café obligado traería la conversación que habíamos estado evitando todo el día. Y ahí estábamos, sentados en aquél café pretencioso, mi amigo y yo.
-Nos conocemos desde hace mucho tiempo, ¿verdad? -comienza él.
-Si... algo. -no me queda de otra más que proseguir.
-Perdona por no decírtelo antes.
-Equis, no me importa en serio. -Le respondo con aire distraído mientras me acomodo los lentes oscuros para que no note la tristeza en mis ojos. Pero él me conoce y guarda silencio un par de minutos.
-Si sabes que eres mi mejor amiga ¿no?
-If you say so... -(al igual que el Ninja, tiendo a hablar pocho).
-No hagas eso.
-¿Que no haga qué?
-Eso... sé que estás molesta pero no me hagas sentir peor.
-Oh disculpa ¿te sientes mal? Bueno mira, por mí no te preocupes, en serio, que hayas decidido irte a vivir a Canadá sin haberme dicho nada no podría importarme menos. -Esto se lo digo de la manera más cool e impasible que puedo mientras enciendo un cigarro.
Giovanni aguarda en silencio hasta que termino mi café y mi cigarro.
-Yo también voy a extrañarte -me dice con una sonrisa nostálgica, como si no hubiera escuchado nada de lo que dije previamente.
Aprieto los labios en frustración y volteo a otra parte esperando que no se de cuenta de que estoy a punto de llorar.
-Equis. ¿Nos vamos?
Nos levantamos y pagamos al cuenta para seguir caminando un rato más por las pointless calles circulares de la Condesa, quizás por última vez.
2 comentarios:
Ah que Gio,ojala le vaya bien
besos
Una linda escena, como de un cortometraje... Justo así
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