Lo que MI papá hizo

Hacía poco había yo obtenido, a fuerza de violencia, un anuario escolar de la década de los 70, lo hurté de una biblioteca que abre las 24 horas con autoservicio, (uy exageré) y me jactaba rebozante de orgullo de ello.
Mi hermana hurtó por su parte el "Charlie and the chocolate factory" de las rígidas manos muertas de su maestra y su pecho se henchía de gusto, orondas las hermanas, hijas pues, dignas de nuestro padre.
Ese día llegamos sonrientes a casa, presumiendo nuestras victorias respectivas y gastamos la tarde entera entre risas y dicha.
Esa noche papá llegó, a la hora de siempre, con una sonrisa de satisfacción en sus labios, la sonrisa de un hombre que cumple con las obligaciones obvias de padre de familia, traía una enorme caja de cartón en las manos, misma que dejó caer para abrazar a sus hijas que se acercaban a él para saludarlo y contarle las travesías del día.
Antes de poder pronunciar palabra, papá nos dijo que nos había conseguido unos lindos obsequios. La caja decía con letras escritas con plumón: "jefatura".
Dentro de la caja mi hermana y yo hallamos una taza de café (con restos aún de café, pues se ve que papá la arrancó de las manos del policía), con el nombre de un desconocido grabado en ella, una pluma con una etiqueta que decía "propiedad del IMSS", una chamarra azul con una placa y muchos bolsillos, un paquete con jeringas y gasas, varias cajas con medicinas controladas y una catana (supe, años después que se llamaba asi).
Mi hermana y yo no hemos podido, luego de tantos años, superar al maestro, al legendario "Veinteuñas Escárcega".